
Hace quince años entró en nuestras vidas Pepa. Fue un regalo que le hicimos “al patriarca” su hermana y yo al ver que lo que sentía por los felinos era algo sobrehumano. Allá donde se atravesaba uno por su camino se paraba a acariciarle y si el encuentro se producía en el parque, el flirteo podía durar un buen rato…
Los hay que somos más de gatos y otros de perro; A mi siempre me gustaron más los perros… hasta que llegó Pepa. Ahora tengo mis dudas. Gracias a ella aprendí a entender un poco más al patriarca, que estoy convencida que en otra vida fue gato.
Pepa ha sido compañera de estudio, de soledad, de adversidad… nunca le afectaron los cambios; Aún incluso le gustaban: ha vivido en siete casas distintas, cuatro ciudades y hasta con 3 amos (eso sí, siempre de la familia). Sigue leyendo →
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