No llovía, más bien al contrario; veinticuatro grados en pleno mes de noviembre en el Norte, ¿quién me lo iba a decir? Si hay algo que tengo ya claro después de tres años en el Norte es que otoño es muchísimo mejor -en cuanto a temperatura se refiere- que la primavera que suele ser lluviosa, fría y húmeda. Pero hacía ya tiempo que no hacíamos alguna actividad y las hojas esparcidas por todo el suelo en la calle de camino a casa me estaban mirando de reojo. Les he recogido del cole a medio día para comer, pero antes hemos dedicado un buen rato a recolectar hojas del suelo, de distintas formas y colores, todas les gustaban: “mamá, ¡mira esta que bonita!! Alaaaa, ¡una hoja negra!! ¡Y mira, esta es roja!”
Cuando han salido del colegio por la tarde ya estaban con la ilusión y la expectación por saber qué íbamos a hacer con ellas. Lo he dejado todo preparado en nuestra mesa de trabajo. ¡Tendrías que ver sus caras!
Tres largas horas de entretenimiento improvisando, creando, experimentando… Además de lo que les propongo siempre se les ocurren muy buenas ideas. Ella va un poco más por libre. Se cansa antes de la actividad y prefiere inventarse sus reglas.
Hoy el material utilizado ha sido:
Arcilla blanca
hojas caídas de los árboles
troqueladoras -o perforadoras- de dibujos variados
pegamento
rodillo
No esperéis un resultado espectacular, ¿o si? Ellos disfrutan sólo del camino. Hemos ordenado y clasificado las hojas, las hemos perforado haciendo figuritas; con ellas hemos hecho un collage, y luego encima F ha hecho un dibujo que contaba una historia de peces que volaban; hemos aplastado la arcilla con el rodillo de hacer pizza y en la masa hemos incrustado plantas que luego hemos quitado dejando el dibujo marcado; también aprendimos vocabulario nuevo y a ser un poco pacientes esperando a que se secara; En definitiva, hemos disfrutado de los colores de la primavera, poco más y poco menos…
Me preguntan si pueden pintar la arcilla ahora que está seca: pues claro!!¡vamos a ello!
Me parece una idea genial!! Y más cuando tus expectativas son tan realistas, no es tan importante la belleza del resultado final como el disfrute de la actividad y el precioso tiempo y relación que se establece con ellos. Yo tengo gemelas de 6 años y con hojas, piñas y bellotas hicimos marcas en pasta de sal. Sus caras cuando explicaban cómo se lo habían relatado a sus compañeros de clase fue el mejor premio.
Enhorabuena por tu blog, me encanta!!!
Muchas gracias Rosario!! La verdad es que sí, lo que más me gusta es verles disfrutar del proceso. El resultado suele durar poco, o se rompe o lo descuartizan al cabo de unos días, jajajajaj!! Un abrazo.