No tengo ni idea de pedagogía, ni de psicología, sólo sé que a excepción de unos cuantos juguetes del tipo construcciones o de los de hacer formas con plastilina, del resto se cansan en dos minutos.
Quizá por eso empecé a hacer manualidades con mis hijos y hoy se ha convertido en una de sus actividades favoritas.
Esta es muy sencilla y le tendrá entretenido un buen rato. Sí es cierto, es un juguete efímero, sobretodo si es un niño pequeño. Quizá a partir de los 6 años sepa hacer un mejor uso de él creando sus propios circuitos. De momento soy yo la que los hago y no sabéis la emoción que sienten cuando la pelota llega al vaso.
Material
cartones de papel higiénico o de cocina
un corcho o madera
chinchetas o clavos
pinturas y tijeras
una pelota y un vaso o recipiente pequeño
Elaboración
No precisa mucha explicación. Con la foto es más que suficiente.
Quizá dos buenos consejos para que el juguete sea un poco más duradero:
– Si utilizáis el cartón de los rollos de cocina o del papel de aluminio es más resistente que los del higiénico.
– Aunque yo compré canicas, pesaban demasiado, así que las sustituí por una pelota hecha con papel de aluminio. También puede servir una pelota de ping-pong. Además, alguno de los rollos podéis dejarlos sin cortar con forma de tubo.
– Ah! y los clavos también son más resistentes que las chinchetas, pero si el objetivo es que el niño vaya modificando el circuito entonces se le complica un poco la cosa.
¿Quién se anima?
Qué idea más maravillosa, con materiales reciclados y combinaciones infinitas. Yo hice algo así en el colé con botellas de plástico para experimentar con el agua, pero esta idea es tan sencilla y seguro les encanta! Felicidades por tu blog, te seguiré!
Aguamarina
Gracias Aguamarina!!! Pues yo me apunto lo de las botellas de plástico, sobretodo ahora en verano es un buen juego… Gracias por seguirme!
Mira que no soy de manualidades, pero las risas de tu hija en el video de IG me han convencido y despues de las vacaciones me animaré a probar!
Si es que una imagen vale más que mil palabras, pero un video hace maravillas! Y tengo que decirte que estuvieron con esa risa histérica un buen rato… Hasta qué la pequeña quiso quitar las chinchetas y Fernando se enfadó y con razón! Anímate y me lo enseñas…